Es la Edad Media y corre el invierno de 1327, bajo
el papado de Juan XXII. El franciscano Guillermo de Baskerville y su
discípulo Adso de Melk, llegan a una abadía benedictina ubicada en los
alpes italianos y famosa por su impresionante biblioteca con estrictas
normas de acceso.
Guillermo
debe organizar una reunión entre los delegados del Papa y los líderes
de la orden franciscana, en la que se discutirá sobre la supuesta
herejía de la doctrina de la pobreza apostólica, promovida por una rama
de la orden franciscana: los espirituales. La celebración y el éxito de
dicha reunión se ven amenazados por una serie de muertes que los
supersticiosos monjes, a instancias del ciego bibliotecario Jorge de
Burgos, consideran que siguen la pauta de un pasaje del Apocalipsis.
Guillermo
y Adso, evadiendo en muchos momentos las normas de la abadía, intentan
resolver el misterio descubriendo que, en realidad, las muertes giran
alrededor de la existencia de un libro envenenado, un libro que se creía
perdid el segundo libro de la Poética de Aristóteles. La llegada del
enviado papal e inquisidor Bernardo Gui inicia un proceso inquisitorial
de amargo recuerdo para Guillermo, que en su búsqueda ha descubierto la
magnífica y laberíntica biblioteca de la abadía.
El
método científico de Guillermo se ve enfrentado al fanatismo religioso
representado por Jorge de Burgos, el anciano bibliotecario que mantiene
oculto el libro, quien tras la discusión con Guillermo comienza a
devorar las páginas envenenadas del libro. En el forcejeo para recuperar
el libro de manos del bibliotecario una lámpara cae accidentalmente,
iniciando un incendio que arrasa con la biblioteca y la abadía entera.
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